El desarrollo comunitario es un enfoque participativo que busca mejorar las condiciones de vida y promover el bienestar de una comunidad a través de la colaboración y el empoderamiento de sus miembros. Implica trabajar juntos para identificar los problemas y necesidades de la comunidad, y luego planificar y llevar a cabo soluciones sostenibles y efectivas.
Este enfoque reconoce que las comunidades tienen un conocimiento único de sus propias circunstancias y desafíos, y busca aprovechar este conocimiento para implementar programas y políticas que sean verdaderamente efectivos y relevantes para la comunidad. En lugar de imponer soluciones externas, el desarrollo comunitario se basa en la idea de que las soluciones deben ser diseñadas y ejecutadas por la propia comunidad, con el apoyo de expertos y recursos externos cuando sea necesario.
El desarrollo comunitario puede involucrar una amplia gama de iniciativas, desde proyectos de mejora de la infraestructura y servicios públicos hasta programas de educación, salud, bienestar social, cultura y patrimonio. Lo importante es que estos esfuerzos estén diseñados y ejecutados con la participación y el liderazgo de la comunidad misma, lo que aumenta la probabilidad de éxito y sostenibilidad a largo plazo.