Las comunidades sostenibles son aquellas que buscan equilibrar el desarrollo económico, social y ambiental a largo plazo, de manera que satisfagan las necesidades del presente sin comprometer las de las generaciones futuras. Se trata de un enfoque holístico e integrado que considera los recursos naturales, la economía local, la equidad social y la calidad de vida de las personas.
En una comunidad sostenible, se promueve la conservación y el uso responsable de los recursos naturales, la producción local y el comercio justo, la inclusión social y la participación ciudadana. Se busca fomentar la educación y la cultura ambiental, para que los habitantes de la comunidad sean conscientes de su impacto en el entorno y puedan tomar decisiones informadas. Entre otras acciones se fomenta el desarrollo de tecnologías limpias y renovables, la gestión adecuada de los residuos, optimización del uso energético y del agua, así como la conservación de la biodiversidad y de los suelos. Se promueve el transporte sostenible, como el uso de bicicletas y transporte público eficiente, y se favorece el diseño urbano inteligente que permita una movilidad más segura y eficiente.
Las comunidades sustentables también buscan fomentar la equidad social, eliminando la discriminación y promoviendo la inclusión de todas las personas. Se trabaja en conjunto con la comunidad para diseñar e implementar soluciones innovadoras que aborden las necesidades locales y contribuyan al desarrollo sostenible.
